Metro Línea 3: El Metro de la Ciudad de México prácticamente todos los días en tendencia en redes sociales y búsquedas debido a los constantes incidentes, desde choques, incendios y hasta por abandonar a las victimas y familiares de víctimas de los accidentes.

El pasado 7 de enero dos trenes chocaron en la Línea 3 dejando 106 personas heridas y una joven de apenas 18 años muerta.

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Aunque el gobierno de Claudia Sheinbaum y autoridades del Metro de la CDMX afirmaron que siguen ayudando a las víctimas, ellos declara que no es así.

Muchas de las personas heridas abandonaron la zona del accidente sin recibir atención medica adecuada. Ya sea por miedo, crisis nerviosa o por la falta de atención, entre ellos Karla, una joven que estuvo presente en el choque junto a su hijo menor de edad.

Karla presentó crisis nerviosa tras el accidente, por lo que se fue de la zona del lugar y posteriormente colapsó.

Sin embargo, horas después colapsó por un intenso dolor. Se trasladó al servicio de urgencias del ISSSTE, donde le indicaron que presentaba un cuadro de traumatismo cervical y lumbar. Sin embargo, tal como lo he documentado en este mismo espacio, gracias a Almendra Ortiz y el Comandante Zle indicaron que no había ni rayos X ni ortopedista. Por lo que tendría que buscar otro lugar para hacerse las placas.

De acuerdo con información de Lordes Mendoza, cuando Karla porfin obtuvo atención médica, se dio cuenta que ella no era la única. Ahí encontró que había otras personas que tienen problemas físicos por el choque y la falta de atención.

Autoridades ocultan lesiones en víctias del Metro línea 3

A ella le confirmaron que tiene lumbalgia postraumática de segundo grado, esguince en el pie derecho. Así como fisura en una costilla y un golpe en la mano que va a requerir de fisioterapia.

No obstante en el reporte final se omitieron casi tdas sus lesiones, por lo que, sin explicación alguna, la dieron de alta un día después, es decir, el 11 de nero.

Posteriormente, tras insistir en recibir atención médica, las autoridades enviaron a médicos a su domicilio. Mismos que la trataron mal y de nuevo, indicaron que ya no tenía nada.

“Los médicos que mandó la CDMX, muy insistentes me dijeron que era el San Ángel Inn el que tenía que dar las terapias y que a estas alturas ya tendría que estar caminando (…) pero yo la verdad no me siento segura, me cuesta mucho caminar, me duele demasiado toda la columna y no tengo posibilidad de moverme, tengo dolor muy intenso que ya no lo aguanto. Vivo en un tercer piso, se les hace fácil al gobierno, pero yo sigo con muchísimo dolor”

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