Lo políticamente correcto es no decir que los 43 jóvenes de Ayotzinapa fueron asesinados, quemados y arrojados a un basurero. Nadie quiere llamar a las cosas por su nombre y omiten decir que más allá de un crimen de estado, la muerte de los normalistas es el reflejo de una sociedad impregnada por el crimen organizado.

La mentira de los 43 versa en el discurso político de la oposición y ahora, el gobierno. Nadie se quiere hacer responsable, pero todos quieren meter su cuchara y salir en la foto.

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El Presidente López Obrador dijo que hará todo para encontrarlos. No dice que están vivos, pero tampoco descarta que estén muertos. Crea un panorama de esperanza, sigue los pasos de Enrique Peña Nieto y al final, dirá que los jóvenes están muertos.

¿Cuánto tiempo más podrán mantener en pie la mentira de que siguen vivos? ¿Cuál será la reacción de los padres cuando les digan lo que no quieren oír?

Le dejo unos datos para que no le cuenten:

1. Peña creó la Comisión de Iguala para investigar el caso de Ayotzinapa. Andrés creó la Comisión de la Verdad para investigar el caso Ayotzinapa.

2. Peña dio un mensaje de esperanza y dijo que harían todo para llegar a la verdad histórica, misma que fue presentada después. Andrés dijo ayer que harán todo para encontrarlos.

3. Peña mandó los restos óseos encontrados en el basurero de Cocula a un laboratorio en Australia para confirmar con tecnología de punta que uno de los normalistas estaba muerto. Andrés mandará los restos óseos encontrados en Cocula a un laboratorio en Australia.

Dicho de otro modo, que más temprano que tarde el Presidente López tendrá que salir a decir que los 43 están muertos y aunque la noticia es lamentable, es la única manera de quitar esa bomba de tiempo de su escritorio, la mentira no va aguantar todo el sexenio.

Y si los padres de los normalistas siguen insistiendo que están vivos, los verdaderos criminales podrían quedar libres. Sin cuerpo, no hay delito y sin delito nadie les podrá hacer justicia.